Viernes 9 de Mayo, 2014
En el camino de
Morelia a Cherán nos topamos con un retén de las autodefensas. No nos detienen
ni nos interrogan, nuestro aspecto inofensivo y el auto modesto y compacto en
que viajamos nos abren muchas puertas.
En la entrada a
Cherán nos espera otro retén, esta vez de las guardias comunitarias. Ahí nos
preguntan a dónde vamos y nuestra respuesta los deja satisfechos, otra puerta
que se abre.
Llegamos a la
plaza, rebosante de gente, de puestecitos, de vendedores, de comida y bebida,
como todos los sábados. Les prometí a Richard y a Vicki que probarían un
delicioso atole negro, de pelos de elote. Mala suerte, ya no hay un solo
vendedor de atole negro en el mercado, y es que ya es tarde, pasan de las once.
Nos tenemos que conformar con comer pescadito seco, agüita de sabores, pan
artesanal; una verdadera delicia.
Después de
recorrer el tianguis de los sábados entramos a la iglesia, a descansar y a
disfrutar de su arquitectura y de la protección que nos ofrece contra un sol
que por momentos se torna abrazador. Marisol ha logrado ponerse en contacto con
la maestra y nos informa que pasarán a buscarnos más tarde, así que Richard y
yo decidimos caminar un poco por Cherán. Vicki está un poco adolorida y
prefiere esperarnos en la plaza.
En nuestro
camino nos encontramos con S., muy amigo de una buena amiga de Richard. Yo no
lo conocía pero ya había escuchado hablar de él. Lo miro con cierto detalle,
tratando de ajustar las historias escuchadas con el hombre de carne y hueso que
tengo frente a mi, pronto comprobaré que las historias se han quedado cortas y
S. es aún más interesante de lo que me habían dicho.
S. nos lleva a
conocer uno de los manantiales de Cherán, pequeño pero lindo, y a caminar por
las calles, mientras nos cuenta sobre el proceso que está viviendo Cherán, su
lucha, su resistencia, sus dificultades y algunas de las formas que han
desarrollado para enfrentar los problemas. Nos habla con gran convicción de la
solidaridad cheranense y de la claridad política de la gente, del pueblo,
quienes no han olvidado cuál es su lucha y por qué la comenzaron, quienes
tienen claro quién es el enemigo.
La gente de
Cherán es muy generosa. Este día, 12 de abril, comienzan las actividades para
conmemorar el tercer aniversario de su movimiento, el tercer aniversario del
día que dijeron YA BASTA y detuvieron a los talamontes. S. nos conduce a casa
de un sobrino suyo y ahí nos invitan a comer Churipo con Corundas, toda una
experiencia culinaria. Durante la comida observo con más detalle a S. Hombre
joven, fuerte, recio; de mirada decidida y muy seguro de sí mismo, con una
seriedad propia de alguien mucho mayor. Más adelante, en medio de los festejos
y rodeado de los suyos tendré oportunidad de mirar su amplia sonrisa, su rostro
alegre y despreocupado, pero por el momento es la seriedad personificada.
Por la tarde
tenemos la fortuna de observar parte de las celebraciones de ese día, la gente
divirtiéndose feliz en una plaza que es suya, de todos y cada uno de los
cheranenses, al compás de la música de las bandas. Los festejos duran hasta
bien entrada la tarde.
El domingo temprano
J. nos lleva a ver las minas de arena y nos cuenta sobre los proyectos de
explotación comunitaria de la mina, así como de algunos otros proyectos
comunitarios. Hay muchas actividades político-culturales y algunos compas
pintan un gran mural en uno de los muros de la primaria. Da gusto verlos
trabajar, ver el entusiasmo y la entrega a su trabajo. Generosos, nos dan la
oportunidad de compartir un rato con ellos, también nos permiten agarrar una
brocha y entrarle al trabajo, no ponen requisitos de entrada, salvo el de estar
sobrio.
Esa tarde tenemos la dicha de escuchar a Marisol tocando su jarana,
cantando sus canciones, acompañada por el maestro y un grupo de niñas
cheranenses. Es muy conmovedor escucharlas cantar en purépecha, contar sobre la
sangre que le ha costado al pueblo de Cherán estar donde están. Todos han hecho
sacrificios para conseguir la autonomía: la pequeña Zaira ha sacrificado a su
tortuguita por la autonomía de Cherán.
El lunes 14
nuestro amigo J. nos lleva a conocer el vivero. 800 mil arbolitos. La meta es
sembrar un millón de arboles cada año, para recuperar el bosque destruído por
los talamontes. Estamos frente a uno de los proyectos forestales más ambiciosos
del país, fruto de la gente, del pueblo, consientes de que ésta fue la causa de
su levantamiento, que éste es el proyecto que ha unido a todos en Cherán, pobre
y ricos, jóvenes y ancianos, mujeres y hombres. Todos se unieron para recuperar
el bosque y aquí estamos nosotros, en el corazón de ese proyecto. Aquí también
nos invitan a participar, en Junio es la época de trasplantar los árboles, se
necesitan manos dispuestas a trabajar, para lograr la meta del millón de
árboles. ¿Quiénes vendrán?
Nuestra última escala es, por llamarlo de algún modo, el “museo de la
memoria”. Una zona del bosque en la que han colocado los restos de los
transportes que usaban los talamontes el 15 de abril de 2011, fecha en que la
población se enfrentó a ellos y los detuvo J. nos cuenta
que la gente ya estaba muy molesta, que habían hecho denuncias ante el
Municipio y ante el gobierno del estado sin que pasara nada. Ese día uno de los
transportes por poco atropella a un niño. Fue la gota que derramó el vaso, las
mujeres presentes se lanzaron contra el transporte, tratando de detenerlo, así,
con sus manos, con palos, con piedras, con lo que tuvieran a mano. Este fue el
comienzo de la rebeldía, pues como los talamontes estaban protegidos por un
hombre de La Familia, no podían simplemente entregarlos a la policía y cruzarse
de brazos, era necesario organizarse para resistir las represalias que
vinieran; formar guardias por calle, fogatas por las noches, donde reunirse a
esperar y cuidar, listos para dar la voz de alarma. La fogata, símbolo de la
rebeldía de Cherán, igual que el bosque. La autonomía la han ido construyendo a
partir de ahí, de reconocer la necesidad de organizarse para protegerse, de
sustituir a la policía municipal corrupta por las guardias comunitarias, de
sacar a los partidos políticos del poder y reemplazar a la estructura municipal
por las estructuras tradicionales, adaptadas a las circunstancias: Consejo
mayor, los Keris, representantes de los cuatro barrios, que forman el gobierno
del municipio autónomo de Cherán.
¿Quién dijo que
la autonomía no era posible?
Pedro
Luis del Ángel R.
No hay comentarios:
Publicar un comentario