Mujeres Zapatistas

Mujeres Zapatistas

jueves, 18 de septiembre de 2014

Xochicuautla y JRA


Pueblos originarios, colectivos urbanos, nosotrxs, en un mismo sentir


Por María Jiménez


 
Tres. Tres motivos para ir al Campamento en Defensa de la Madre Tierra por la Libertad y la Autonomía, en Defensa de nuestros Bosques en Xochicuautla, Estado de México los días 12, 13 y 14 de septiembre:

Primera: Quería arrimar mi mallugado corazón a la ternura de Xochicuautla, que es una comunidad que durante años ha sido hostigada, primero por el gobierno estatal de Peña Nieto y ahora por el gobierno federal, pues la quieren despojar de sus bosques para construir un camino de cuota, un club de golf y un conjunto residencial sin considerar los terribles daños ambientales que esto causaría. Los habitantes de Xochi son en su mayoría otomís y es por esto mismo que el bosque no es para ellos una cantidad de dinero o algo de lo que se desprendan como cuando se vende una casa o un coche. Es verdad que uno puede agarrarle cariño a su casa y a su carcacha, pero con el bosque y con los otomís es diferente, ellos y su territorio están conectados, se articulan y viven sus ciclos vitales ligados unos con otros, esto lo pudimos ver los campamentistas al dar un breve recorrido por el bosque de Xochi. Majestuosos árboles, flores silvestres, plantas multiformes, piedras, hongos, tierra roja, riqueza inigualable que sus habitantes han preservado de la ambición y del asfalto. Testigos fuimos del llanto que causó en las compañeras purhépechas el ver a los centenarios árboles intactos, como alguna vez lo estuvieron sus hermanos de los bosques de Cherán. El pueblo de Xochicuautla nos recibió con cariño y calidez, compartiéndonos su mundo, ofreciendo su lucha para unirla a las otras muchas luchas ahí reunidas.



Segunda: Quería conocer el trabajo de Jóvenes en Resistencia Alternativa (JRA), que se encargó de la convocatoria, la difusión, la transportación y las actividades dentro del campamento. Bardo y otrxs compañeros me contaron que JRA es un colectivo con 12 años de existencia, surgido al calor de la movilización ciudadana que se adhirió a la causa del levantamiento zapatista en Chiapas. Es un colectivo que se propuso consolidar el trabajo y la voz de lxs jóvenes, teniendo de bandera los principios zapatistas, y como objetivo establecerse como interlocutores de otros colectivos y organizaciones.



Entre sus actividades se cuentan la organización autogestiva de varios conciertos para recaudar fondos para comunidades zapatistas y otras en resistencia, convocando a artistas como Santa Sabina, La Maldita Vecindad, Panteón Rococó, El Gran Silencio, Magisterio, Mescalito y muchxs otrxs. Gestionan asimismo la editorial Bajo Tierra, que publica textos de autorxs como John Holloway, Raúl Zibechi, Raquel Gutiérrez, y más; además organizan eventos de difusión y formativos como las Jornadas por la Autonomía, o talleres de educación popular, en trabajo conjunto con barrios, pueblos y comunidades en resistencia contra el capitalismo.
Costo y valor, ¿qué costo y qué valor tienen el trabajo y los talleres que lxs chavxs de JRA impartieron gratis a los asistentes al campamento? Porque nos impartieron talleres muy valiosos pero sin costo, esa es otra forma de vivir, de hacer las cosas sin dinero o ganancias materiales, sin necesidad de diplomas o constancias, es compartir, repartir y recibir, hablar y escuchar, con la maestría de quien acostumbra a trabajar horizontalmente y apostando la existencia, las entrañas, la inteligencia, el todo pues. Así se trabajó, así se platicó, así se construyeron saberes comunes tan urgentes en nuestros días.



Tercera: quería pasar unos días con mis hijos, pero solo pudo ir el menor. Y es que andamos trepados en el trendelasprisasymuchasocupaciones, nos subimos al búsdelnotengotiempotoyocupadxavercuandolohacemos, y cosas peores. Ya, mi chamaco que es un adolescente muy adolescente, se descuidó y me lo llevé a Xochi, y estuvo contento porque se conectó con la energía chingona -con su perdón- que hay en estos eventos, y yo estuve feliz de verlo así, llenándose de esa energía y con todo el potencial para ser parte de los engranajes que hacen girar este mundo pero en sentido contrario de las tragedias, del odio y de la muerte.



De pilón un millón de pilones, al compartir con compañeros de otros pueblos indígenas, de ponernos al día de cómo va la represión y también las victorias, de escuchar, bailar y cantar la música que nos obsequiaron la banda artística, de degustar la deliciosa comida que los compas nosprepararon, de conocer otras historias y contar la propia, de presenciar los rituales ceremoniales de los compañeros otomís, de encontrar viejos y entrañables amigxs y de contestar una pregunta que me hizo un don de Xochi: Bueno y ustedes ¿qué hacen acá? Pues vinimos a escuchar con nuestros propios oídos la voz que no tiene cabida en medios masivos, la voz de los pueblos, y también a expresar la nuestra, que tampoco tiene cabida por cierto en los ya mencionados, pues también somos pueblo, fuimos a sumar, a quebrar la idea de que nada tenemos que ver, de que somos nosotrxs.

Por si todo esto no fuera suficiente justificación, esta escena me dio la despedida...







No hay comentarios:

Publicar un comentario