Colectiva Guanajuato asistió al Congreso Nacional
Indígena Región Centro Sur los días 22 y 23 de marzo de 2014
Por
María Jiménez
La
luz y el calor del sol besan al pueblo de San Francisco Xochicuautla, alojado
en una cañada boscosa como muchas de las comunidades que existen en esta parte
del Estado de México. A tan solo poco más de una hora de la Central
Observatorio de la Ciudad de México, las y los compañeros indígenas no han
perdido su identidad de pueblos originarios y se organizan para rescatar su
sabiduría ancestral en resistencia a la carretera que el gobierno quiere
imponerles y que pretende que cruce precisamente en medio del bosque, afectando
más de 51 hectáreas de esta reserva natural y zona sagrada.
Peña
Nieto, siendo gobernador del Estado de México otorgó el permiso de esta obra a
un particular que tiene miras de construir además de la autopista, un conjunto
residencial argumentando la enorme riqueza acuífera de la zona. Desde un
principio los pobladores se han manifestado en contra de la expropiación
impuesta por el gobierno, además de que dictámenes de expertos ambientales se
oponen a la degradación que produciría este proyecto.
La
represión no se ha hecho esperar, los pobladores han tenido que soportar
arrestos, amenazas, espionaje, estrategias del gobierno para dividirlos y que
entre ellos mismos se distancien, acciones todas que acostumbra a realizar el
poder antidemocrático del Estado mexicano.
Es
por eso que el Congreso Nacional Indígena Región Centro Sur convocó a los
pueblos originarios de la zona y a la sociedad en general para compartir
experiencias, saberes y estrategias para hacer frente y resistir a los embates
con que el capitalismo salvaje pretende atropellar a las personas y al medio
ambiente.
El
principio la Ceremonia, como símbolo de devoción hacia la naturaleza, hacia las
creencias de cada asistente, sin importar diferencias de credos, los actos
cargados de significado nos identifican como hermanos, a través de incensarios,
ofrendas y presencias.
Medios
independientes y colectivos estuvieron presentes para participar en este
importante evento, en donde se ofrecieron gratuitamente alimentos y bebidas
durante todo el día, pretexto para demostrar la solidaridad y la generosidad de
los hermanos de San Francisco Xochicuautla.
Fuimos
testigos de la actividad de las y los jóvenes de la comunidad, asumiendo un
liderazgo decidido, trabajando junto con estudiantes universitarios para el
desarrollo del Congreso. Todas las generaciones, hombres y mujeres, en un mismo
sentir y corazón.
Llegó
el momento de que hablaran las y los representantes de las comunidades de la
zona y algunas de lugares más alejados, para exponer brevemente su situación,
acompañados por la fuerza y la vitalidad de los compañeros de San Mateo Atenco,
que nos recordaban cómo hay que luchar: de pie, con los brazos levantados,
animándonos unos a otros.
Por
la tarde se iniciaron las mesas de trabajo que trataron temáticas como el
territorio, la identidad y la cultura, las reformas estructurales y los
megaproyectos de muerte. Los asistentes participaron activamente, todos tuvimos
la libertad de hacer uso de la voz y compartimos nuestros sentires y
solidaridad.
Hay
una energía que va creciendo porque es contagiosa y es la de la alegría, la de
la organización, la de la autonomía porque lo hemos escuchado, lo hemos visto,
lo sabemos, otro mundo es posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario